lunes, 28 de junio de 2010

El espacio entre mis dedos es donde los tuyos encajaban perfectamente.



-Es triste, pero aun siento tu roce en mi espalda. Tus labios sobre los míos, tu olor en mi piel.

Y aún tengo que hacerme a la idea de que voy a estar sin ti, con esa continua sensación de asfixia en la garganta. Y no paro de repetirme que tengo que ser fuerte, que llorar no sirve de nada, pero sé que en cualquier momento me desmoronaré como un castillo de naipes.

Y es que he llegado a la conclusión de que tu eres mi oxigeno.Y creo que me comentaron alguna vez, que sin respirar, no se puede vivir.

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3 comentarios:

Muchas gracias!