domingo, 10 de junio de 2012

Su perdición.

 

Iba por la calle andando, y en cada paso dejaba la acera impregnada de inocencia. Se podía leer en su mirada, sus ojos te lo contaban. Desde ese color tan similar al caramelo derretido, ellos te susurraban “jamás sería capaz de hacerte daño”. No se fijaban en nada, huían de las otras miradas, saltando de sitio en sitio sin fijarse en nada. Dos manchas de color se extendían por sus mejillas, dando a entender que algo la perturbaba por dentro. “Hay demasiada gente a mi alrededor” se decía a sí misma. Y es que no le gustaba estar rodeada de gente, la hacía sentir más vulnerable que de costumbre. Con su cuerpecito enclenque y sus inocentes ojos de cervatillo su caminar te recordaba al lento caer de una hoja en octubre, a la honda que hace una piedra al caer a un lago, a un suspiro de madrugada.
Estaba tan llena de inocencia que parecía tenerlo escrito en la frente. Y eso, por desgracia la hacia todavía más vulnerable. Todo el mundo podía verlo, yo lo vi.
Y esa fue su perdición.








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KEEP CALM AND...
IT’S ALMOST SUMMER!

:D



MARTT
XXXX