jueves, 29 de abril de 2010








Y es que en una tarde, pueden pasar mil cosas. Se puede reír, se puede llorar, se puede perder todo rastro de vergüenza. Pero, ¿y qué?
Lo hacemos porque queremos, y más importante porque podemos. Si quieres algo, lo coges y punto, ¿qué puedes perder por una tarde de diversión?
Intento convencerme a mi misma de que nada.

Marta.

3 comentarios:

Muchas gracias!