¿Conoces esa sensación? Sí, seguro que sí.
Es como cuando te comes un buen helado en verano, o cuando alguien especial te hace cosquillitas en la tripa, y estas tan a gusto, que no te apetece ni reír.
Quizás alguna de esas veces, que estas viendo una imagen preciosa y piensas "daría lo que fuera por tener una camara a mano"
También cuando estas a punto de saltar. Pero no sabes si hacerlo, y te vienen a la cabeza mil dudas, mil preguntas y ninguna respuesta. Preguntas, una y otra vez, pero nadie te dice nada claro.
Y cuando estas a punto de derrumbarte piensas " eh, soy joven, puedo con todo"
Y saltas, lo pasas en grande y le agradeces a tu cuerpo el no tener sentido común.
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