sábado, 28 de abril de 2012

Me oprime el corazón

 

Es de ese tipo de soledad que te oprime el corazón. Que te lo muerde a pequeños mordisquitos, dejándolo como una manzana recién comida. Me ha dejado sin nervios y arterias coronarias, no se ha salvado ni un capilar. Ni uno solo. Y ahora, ¿Qué queda de mí? ¿Qué me ha dejado la soledad? ¿A caso hay algo más que las migajas? No estoy segura, no encuentro respuesta. Pero aun así tengo miedo, tengo miedo de convertirme en una persona diferente, más fría. Tengo miedo de no querer volver a sentir nada, ni siquiera un atisbo de alegría, de tristeza, ni siquiera compasión. Nada. Porque me paro a pensarlo y me digo “hey, si no sintieras nada entonces los problemas desaparecerían”. Aquí estoy, dándole vueltas a todo y a todos. Volviéndome medio loca.

Todo esto es culpa tuya soledad, mira hasta donde me has llevado.
Y lo malo es que aun quieres ir más allá.
 Mucho más allá.







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Bueno, y esto es lo que me pasa a mí cuando leo a Murakami...se me ocurren cosas sin sentido. Cosas como esta. Pero ante todo os recomiendo Sputnik, mi amor. Sencillamente precioso.


















MARTT.


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domingo, 22 de abril de 2012

aullando

 
Esa noche soñó que le aullaba a la luna, y fue al despertar cuando se dio cuenta de cuantas ganas tenía de libertad.
De cuanto la necesitaba.










MARTT.
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martes, 10 de abril de 2012

Ardiendo


Vi mis ojos arder. Arder sobre los tuyos, consumirse como brasas en la hoguera. Casi pude sentir mis pupilas derretirse al contacto con las tuyas. Mientras te comía con los ojos tú te relamías, sabías lo que estaba a punto de pasar. Ambos los sabíamos, desde hace tiempo jugábamos a ese estúpido juego de miradas y sonrisas. A ese estúpido tira y afloja, ahora sí, ahora no. Por eso no me sorprendí al tumbarme entre tus brazos aquella noche, me pareció algo natural, espontáneo, como si ese fuera al lugar al que pertenecía: a tus brazos.

Pupila contra pupila, alma contra alma en aquella cama pequeña e incomoda, tus ojos fundiéndose sobre los míos, nuestras manos entrelazadas me hiciste lo peor que me podías hacer.

Me enamoraste perdidamente.

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Solo diré una cosa, quiero escribir no importa quien me lea, no importa quien comente y creo que nadie me tiene que decir que esta mal o que esta bien, solo si gusta y yo no gusta pues se siente. Y mucho menos me tienen que dar un número, un puesto.

He decidido que escribo para mí, y lo plasmo aquí. Nunca más en ningún otro sitio.



MARTT

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